Ariel es un muchacha de 14 años que vive en Badajoz. No aparenta su edad, ya que debido a su buena alimentación y su práctica de deporte es muy alta y esbelta.
Ariel pertenece a una familia cuya madre es profesora en el IES Bárbara de Braganza y su padre es profesor en la Universidad de Extremadura. Su familia no es rica, pero ni a Ariel ni a sus hermanos les falta nunca dinero para comer, vestir, salir con sus amigos, jugar con la Play o conectarse a Internet.
En su instituto se planificó un viaje exótico para fin de curso a África. A ese viaje se apuntó Ariel y su hermano Pedro de 13 años. La expedición partió en primavera. Ese viaje incluía excursiones a diferentes Parques Naturales para disfrutar de las maravillas que África posee. Uno de los visitados era el Parque Nacional Yankari ubicado en la parte sur-central del Estado de Bauchi, al noreste de Nigeria. También se querían visitar ciudades emblemáticas como Abuja, la capital, y Kano.
Al principio todo fue bien, pero después de una hora Ariel observó que Ngugi estaba nervioso al no divisar en el horizonte a ningún otro globo de la expedición. Las corrientes de aire cálidas estaban haciendo que el globo de Ariel y sus compañeros se alejara demasiado de la zona. Después de varias horas volando por los cielos de África, al globo se le terminó el combustible y tuvo que aterrizar forzosamente en mitad de la sabana.
El aterrizaje fue muy violento, pero después de varios golpes y rebotes, el globo consiguió pararse. Ariel comprobó que su hermano estaba bien y que su amiga también.
- Parece que todo ha terminado en un susto, exclamó Ariel.
Sin embargo, cuando se dispusieron a buscar Ngugi, se dieron cuenta de que no lo encontraban por ningún sitio. Ngugi había desaparecio durante el aterrizaje.
Después de varios kilómetros andando, Ariel, Pedro y su amiga se dieron cuenta de que no estaban perdidos en la sabana, sino que habían aterrizado cerca de una ciudad: Ouagadougou.